El coma inducido o sedación farmacológica controlada es un estado de inconciencia provocado por el equipo médico a través de drogas sedativas suministradas al paciente para proteger el cerebro en casos de accidente o enfermedad. Así se reduce la actividad cerebral y se puede evitar un daño mayor. Con el coma inducido se busca además, mantener la seguridad y bienestar del paciente, minimizar el dolor físico e incomodidad, controlar la ansiedad y minimizar el trauma sicológico; calmar al paciente y tornar segura la realización de procedimientos.