Diminutivo de can. En arquitectura y sobre todo en el románico, elemento figurativo vegetal, animal o humano que a modo de extremo de una viga aparentaba soportar los aleros del tejado. Suelen ser simples elementos decorativos en los que los canteros románicos dejaban la impronta de su ingenio no exento de procacidad.
"Muchos canecillos y capiteles de las iglesias románicas del camino de Santiago, sobre todo al norte de Palencia, representan escenas de sexo explícito"